Si nos duele la distancia la atacamos de un disparo de sonoras carcajadas. Y en solo un instante, conseguimos que se esfumen los kilómetros, el agua, la tierra y el aire que se ponen por delante de nuestro particular invierno. Crueles asesinos de olvido de distancia y de dolores, cosemos a tiros aquello que no queremos, y todo lo que no pedimos. Al llegar la noche, la cama está vacía y la soledad estalla. Por suerte, aún nos queda una bala. La luna se asoma y se acabó el combate. Por fin ambos soñamos con la misma esfera. La risa, una vez más, ha vencido esta batalla Así que vamos: Apunta, dispara, y ríe.
Blog de POESÍA. Ideas, promesas y desastres en forma de versos. ¡Entra! la puerta está abierta a mentes curiosas. ¿Qué te parece?