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De sonrisa para fuera

Trato de ser un poco menos monstruosa
de sonrisa para fuera,
Para ahorraros el esfuerzo 
de luchar contra mis fieras.

Escondo engendros bajo la cama
con pelusas y ratones,
y salgo como nueva 
cuando la luna se esconde.

Cada uno con lo suyo,
cada loco con su tema.

¿Y a quién le importa
si detrás de la carcasa
sólo viven cucarachas?

Amansa las fieras
y haz callar a los leones.
Así no me vengas,
a mí no me llores.

Yo sólo te quiero,

                        de sonrisa para fuera.




¿En qué nos hemos convertido? 

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Todo recto, hasta el amanecer.

Si la suerte no viene, habrá que buscarla. Sigo todo recto y a veces me estampo y como un suicida,  lo vuelvo a intentar. Si hasta aquí he llegado, tendré que seguir. Todo recto los dos de la mano, vamos a buscarla  que dicen, que está por aquí. Y cuando la encontremos, sigue todo recto que nos se nos vaya  Corre, todo recto, todo recto hasta el amanecer. (Porque al final siempre sale todo bien.  Y juntos)

Adiós silenciado.

Un recuerdo de una noche de verano  que no quiere dejar de ser. Una foto de un ayer que ya no vuelve,  y que intentamos rescatar a toda costa.  Viejos,      Fuertes                         Y solos.  Dolidos de pasado, ahogándonos en un presente  que no deja paso al futuro.  Pudriéndonos de “quizás”  y atrapados en los “tal vez mañana”  que suenan en bucle                                                       y sin resultado. Rutas en otros mapas,  Sueños en otras camas,  Risas en otras bocas. Almas en otros mundos. Laberintos sin salida  Y una luz sin perspectiva. Un grito al aire,                          Y un adiós que no se escucha.

IN(f)VIERNO

Insomnio  enredado  entre sábanas empapadas de sudor agónico.  Intolerables inviernos  escondidos tras miradas hundidas  en la viscosa tinta de mi bolígrafo azul.  Estrofas modificadas,  tachadas,  subrayadas y vomitadas una y otra,                 y otra vez hasta quedar sumergidas  en una página cualquiera del cuaderno. Paseos  que nunca llegaron a serlo.  Viajes mentales  sin movimiento aparente.  Y, muy de vez en cuando,  si acaso consigo vencer el insomnio agónico de mis sábanas,  acechan, sin piedad, fantasmas de un pasado intenso,  y de algún modo, todavía doloroso. Así, se resume un jodido invierno sin ti.  Y por fin,  Llegó la primavera.